DECISIONES COMPLICADAS, MENTE DESCANSADA


Por Antonio Pagés

 

 

A la hora de tomar decisiones delicadas o complejas, conviene estar descansado y alerta a la innata, humana y efectiva pereza mental.  Para decidir con economía de recursos, el cerebro retiene infinidad de patrones de respuesta, plantillas de razonamiento que aplica de manera automática a lo parece adecuarse a ellas.  A primera percepción.  Cada tanto, se equivoca.

 

A ver.  Empecemos con estos refranes contradictorios.

“Al que madruga, Dios lo ayuda”

“No por mucho madrugar amanece más temprano”

Un primero indica la ventaja de madrugar; el segundo, que madrugar es inútil.  Y ambos están eternizados generación tras generación.

 

¡Un momento!  ¿Son contradictorios?

Los refranes pretenden fijar una idea, un concepto.  De algún modo son un ejemplo, lo que quieren transmitir es una enseñanza abstracta, aplicable a muchas situaciones.

La verdad del refrán es la verdad de su enseñanza.  Si han de compararse, es por su enseñanza.

Bueno, con un esfuerzo mayor, intentemos poner en palabras duras lo que dice cada refrán.

 

“Al que madruga, Dios lo ayuda”.  El logro es el resultado del esfuerzo.  Se parece a la repuesta de un deportista, al que le dijeron que el resultado de un torneo es muy afectado por el azar, por la suerte: “Sí, pero cuanto más me entreno, más suerte tengo”.  El logro es el resultado del esfuerzo.

 

“No por mucho madrugar amanece más temprano”.   Recuerda que hay situaciones en que el exceso de esfuerzo no acelerará los resultados.  Enseña a controlar la impaciencia, la precipitación, o el exceso de presión sobre las personas cuanto no tienen efecto en apresurar o mejorar un logro.  Por ejemplo, cuando los acontecimientos deben seguir un curso natural (como la salida del sol, que fragüe el cemento), o dependen de situaciones o entidades sobre las que no podemos influir.

 

Los refranes con complementarios.  Tomados juntos, invitan a poner esfuerzo en la medida justa.

El proceso por el que una primer pensada rápida los hace parecer contradictorios son los atajos mentales, las heurísticas.

 

Cuando presentamos rápidamente a profesionales e intelectuales la contradicción entre ambos refranes, a modo de ejemplo como para pasar a toro punto, pocos advierten que no hay tal contradicción.  Trampas de los atajos mentales (heurísticas) que razonan en la superficie, que son más frecuentes cuanto hay poco tiempo para dar por procesado el asunto.  Evocar el significado que cada refrán es cognitivamente esforzado, y más lento; en cambio, se registran ráidaemente los conceptos “sí madrugar” y “no madrugar” – y la heurística decide rápidamente (por el “sí/no”) que son contradictorios.

Dos elementos facilitan la falla heurística:
-  El peso de una palabra conocida  e infrecuente, “madrugar”, que focaliza en la palabra
- Los refranes, conocidos de memoria, se registran como un solo objeto conocido.  El refrán completo es “una palabra” para la memoria de trabajo, no requieren esfuerzo. Por lo que el cerebro no ve ninguna necesidad de  posar mayor atención en su significado.  ¿No percibimos por notros mismos, al explicar los refranes, que es más esforzado que recitarlos?

A la hora de tomar decisiones delicadas o complejas, conviene estar descansados, y ser deliberados en evitar la humanísima pereza mental.   Es importante no reprimir un “¡TENGA MANO COMPAÑERO!! – déjeme pensar un segundo – a veces socialmente evitado.   Porque ése es el remedio a la trampa heurística: pensar explícitamente unos segundos más.  Concentrado y atento - dejando a un lado automatismos.