LEY YOLANDA, MÁS QUE UN RIESGO, UNA OPORTUNIDAD


Por Ignacio Garciarena (*)

 

 

Es estos días nos hemos enterado que desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, se convoca a instituciones científico-académicas y organizaciones de la sociedad civil, a participar en el diseño de los lineamientos generales de la Ley 27.592, más conocida como “Ley Yolanda”, destinada a la capacitación de quienes se desempeñan en la función pública.

 

Es para celebrar que la autoridad de aplicación de la Ley (MADS) le otorgue a la sociedad civil la posibilidad de opinar sobre los lineamientos de la currícula de estas capacitaciones… https://www.argentina.gob.ar/ambiente/ley-yolanda/diseno-participativo-de-la-capacitacion-ley-yolanda

 

Al sondear el documento donde se plantean estos Lineamientos para la Capacitación en Ambiente que ya han sido formulados y que son presentados para que la sociedad opine, nos encontramos con catorce afirmaciones plagadas de falacias y preconceptos, que obliga al opinante no solo a tener que justificar su respuesta sobre la afirmación en cuestión, sino también a hacer aclaraciones sobre conceptos presentados como verdades absolutas.

 

Transcribo a modo de ejemplo un par de estos lineamientos a fin de advertir sobre la manipulación conceptual y la subjetividad que inspirará el armado de los contenidos con que se pretende capacitar a los funcionarios de los tres poderes del Estado.

 

Por ejemplo, el lineamiento n°9 sugiere: “Poner en el centro de debate la necesaria transformación del modelo de producción y consumo dominante, que pone en crisis la sustentabilidad de la vida y se basa en relaciones de trabajo injustas”.

 

Dice poner en el centro de debate el modelo de producción…, pero antes de terminar la frase ya condena que éste necesita una transformación, es decir, ¡condena antes de enunciar el debate! Infiere que el modelo de producción atenta contra la vida, y determina, sin debatir, que éste está basado en relaciones laborales injustas, afirmando sin margen de duda, que todas las relaciones laborales son injustas, es decir, una denuncia solapada de una humillación laboral generalizada, sin matices.

 

 

El lineamiento n°12 plantea: “Comprender que los procesos de acumulación por desposesión se expresan tanto en el extractivismo como en las decisiones del mercado que a través de operatorias para colonizar el pensamiento ha cosificado a las personas, a las relaciones humanas y a la naturaleza convirtiendo a esta última en un recurso natural”.

 

Sugiere que la acumulación se da al quitar (desposeer) un bien a otra persona, y que esto es injusto. Desconoce el intercambio como principio comercial y ¡lo hace responsable de la colonización del pensamiento! Desconoce el principio de generación de riqueza; toma a la riqueza como un stock y no como un flujo. Con “extractivismo” (“… proceso de extracción o eliminación de recursos naturales y materias primas de la tierra para vender en el mercado mundial. Algunos ejemplos de recursos que se obtienen a través de la extracción son oro, diamantes, madera ¿? y petróleo”, según Wikipedia), infiere que la producción trabaja sobre stocks fijos que siempre existieron (sí aplica este criterio a la minería), y no contempla la producción de bienes multiplicables como la ganadería o la agricultura (incluida la forestación). Al mismo tiempo subestima el raciocinio del individuo y su capacidad de pensar por sus propios medios, afirmando que una persona puede ser arrastrada por su entorno a “convertirse en un recurso natural”.

 

 

En las 14 afirmaciones planteadas subyace el criterio que los sistemas productivos y comerciales tal como los conocemos, requieren un cambio; ya no una revisión y un debate, sino un cambio radical dado el fracaso demostrado, no sugiere duda alguna de esto. Infiere que los problemas ambientales son causados todos por un modelo económico impuesto, y que ni siquiera se contempla la posibilidad de revertir alguno de los componentes de ese modelo, sino su conjunto completo… “Comprender la crisis ambiental actual como un emergente del modelo de desarrollo hegemónico y el de valores que lo sustenta, anclado en la expansión del mercado como ideología” (Lineamiento n°3)

 

En el mismo sentido, el cuarto lineamiento plantea: “Reconocer la crisis ambiental como una crisis que se plantea a nivel civilizatorio y no sólo en la dimensión ecológica en términos de degradación ambiental”, sugiriendo que la civilización está en crisis, y los problemas ambientales son una consecuencia de ello.

 

El sistema planteado por esta consulta pública es perverso, ya que no solo cuestiona la aceptación o desaprobación de las afirmaciones, sino que obliga a aclarar los conceptos incluidos en ellas que de por sí son afirmaciones ideológicas.

 

Más allá de lo riesgoso que parezca ser este espacio de diseño participativo, entiendo que poder aportar nuestras ideas a un plan de capacitación para los funcionarios públicos, le permitirá al sector agroindustrial argentino traspasar las fronteras de su microclima, donde no hacemos más que evangelizar dentro de la parroquia. Un aparente riesgo puede convertirse en una oportunidad que nos permitirá la posibilidad de contar en qué consiste nuestro sistema productivo, explicar de por qué es competitivo, de expresar cómo estamos buscando y logrando revertir desafíos ambientales como el control de erosión eólica o hídrica de la mano de la siembra directa, o el nuevo desafío de mantener el suelo siempre verde, capturando carbono todo el año de la mano de los cultivos de servicios. De cómo estos cultivos de servicio también nos están ayudando con el balance hídrico de los suelos, minimizando problemas de excesos de agua en las cuencas. Aprovecharemos además a contar cómo estamos minimizando el uso de fitosanitarios de la mano de sistemas de aplicaciones selectivas, o redactando proyectos de normativas que regulen y monitoreen las aplicaciones de productos.

 

Recientemente también fue aprobada la llamada Ley de Educación Ambiental https://www.argentina.gob.ar/ambiente/accion/ley/de/educacion/ambiental , que hace obligatorio el dictado de contenidos ambientales en “ámbitos de la educación formal y no formal”. Esta también será una excelente oportunidad para salir de la pecera, y dar a conocer lo que entendemos es nuestro derecho a producir, amparado por el artículo 14 de nuestra Constitución “… de trabajar y ejercer toda industria lícita”, y contar cómo lo hacemos cuidando los tres ejes de la sostenibilidad: el económico, el social y el ambiental.

 

Con esta convocatoria que nos hace el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, tenemos a mano una alternativa de transmitir lo que pensamos, de compartir nuestra mirada sobre cuestiones ambientales. Sepamos ver las oportunidades de influir en nuestro metro cuadrado, a fin de dar a conocer nuestra opinión y no sentir que el destino está prefijado.

 

Da miedo enfrentar el océano luego de nacer en una pecera, pero como el simpático personaje de Pixar, debemos tener determinación en encarar estos desafíos: seres desconocidos que piensan raro y hablan más raro aún nos esperan. Seamos optimistas y confiados, nada tenemos que ocultar. Vivimos en el ambiente donde nosotros y nuestras familias trabajan, se educan y prosperan. Contémosle a la sociedad que sería suicida degradar el ambiente que nos da de comer y nos sustenta, y que estamos decididos a seguir aportando desde nuestro lugar a una sociedad que merece evolucionar, entendiendo los cambios que tenemos que hacer, pero siendo firmes y coherentes en nuestros principios, enalteciendo y cuidando a nuestro suelo, a nuestra Patria.

 

25 de Mayo (Bs As), Junio 2021

 

(*) Miembro de la FUNDACIÓN ANDES