SOCIEDADES COMPARADAS, LA PARADOJA ARGENTINA


Por Leonardo Forgia

 

Jared Diamond es quizás una de las mentes más brillantes del siglo. Autor entre otros de Armas, Gérmenes y Acero ganador del Premio Pullitzer y Colapso ha deslumbrado al mundo con su estudio de la evolución de la Humanidad a través de su historia desde el punto de vista de especie pero teniendo en cuenta también los contextos históricos, sociales y económicos.

 

Durante la pandemia tuve el gusto de leer quizás su libro más breve (y no por eso menos brillante) “Sociedades Comparadas, un pequeño libro sobre grandes temas” donde ilustra porque determinadas sociedades tan similares en muchos aspectos alcanzan niveles de desarrollo dispares siendo algunos de sus ejemplos favoritos Corea del Sur – Corea del Norte, Alemania Federal – Alemania Democrática y Republica Dominicana – Haití. Otros temas como el estudio de China, los próximos desafíos de la Humanidad y también dieta y estilo de vida completan una jugosa lectura.

 

Me interesó particularmente un resumen, a modo de tabla de Moisés, sobre cuáles son las claves de las sociedades desarrolladas que transcribo a continuación un resumen para ver cómo nos ubicamos ante las mismas de acuerdo a mi particular apreciación, aclarando, al igual que el autor, que no necesariamente están en orden de importancia, a saber:

  1. “Ausencia de Corrupción Gubernamental. Una persona se sentirá mucho más motivada para esforzarse si puede confiar en disfrutar los resultados de su esfuerzo que si hay una gran probabilidad de que cargos públicos le priven de ellos.” Lamentablemente estamos lejos de aprobar esta asignatura bolsos de López mediante.
  2. “Protección de los derechos de propiedad privada frente a la confiscación por parte del Estado y el robo cometido por particulares. Una vez más ¿por qué vamos a esforzarnos si el gobierno tiene leyes que le permite confiscar el fruto de nuestro trabajo o si hay agentes privados que pueden robárnoslo?” Podemos decir que en nuestro país el derecho a la propiedad privada está garantizado constitucionalmente pero permanentemente amenazado. Plan Bonex, Ahorro Forzoso, Default, Impuesto a la Riqueza, etc.
  3. “Estado de Derecho relacionado con los dos puntos anteriores, es decir que hay leyes que determinan lo que debe ocurrir y tales leyes se aplican, entonces sabemos qué hacer y qué no hacer para acumular riqueza.” Recordemos la Ley de Intangibilidad de los Depósitos.
  4. “Cumplimiento de contratos, tanto públicos como privados. Contar con la confianza que las autoridades nos permitirán imponer su ejecución aunque la otra parte pretenda incumplirlo, tendremos la posibilidad de beneficiarnos de nuestro esfuerzo.”. Tratemos de cobrar una deuda judicialmente y ahí tendremos alguna respuesta.
  5. “Incentivos y posibilidades para invertir el capital financiero. Si el capital solo puede guardarse debajo del colchón y no hay oportunidades para invertirlo, de poco servirá aparte de realizar compras. Por el contrario, si puede invertirse para que aumente y produzca más capital supone un incentivo añadido al esfuerzo.” Con un mercado financiero local inestable y de desconfianza otro punto al debe.
  6. “Bajo índices de asesinatos. En un país cuyos ciudadanos sienten en todo momento que su integridad física está en peligro se dedica toda la energía a mantenerse con vida. El capital de nada vale cuando ni siquiera se está seguro de poder conservar la vida.” Incluso si la inseguridad es un problema acuciante en nuestro sociedad el índice de homicidios en menor que del Estados Unidos y muy por debajo de la media de nuestro continente. Un punto por ahora a favor.
  7. “Eficacia del gobierno. No bastan leyes virtuosas, sino que debe ser eficaz a la hora de aplicarlas, de concebir políticas que fomenten a formar y promocionar a funcionarios bien cualificados.” Bastante lejos de lo deseable cuando los organismos del estado son prebenda de punteros políticos y no una carrera administrativa cualificada.
  8. “Controlar la inflación. Se cabe esperar que la divisa nacional tenga prácticamente el mismo valor dentro de varios años para que tenga sentido adoptar estrategias económicas de largo plazo. Pero si hay una inflación galopante, como Alemania en 1923, y como en la Argentina en la actualidad ¿Por qué trabajar para ganar un dinero cuyo valor se reducirá al cabo de pocas semanas o incluso horas?” No vale aclarar el punto donde nos mencionan explícitamente.
  9. “Flujo de capitales sin trabas. Impedir que las economías compitan es perjudicial en el largo plazo.” Realizar una transferencia hacia o desde nuestro país tiene la complejidad de poner un satélite en órbita.
  10. “Eliminar barreras comerciales, que permitan el desarrollo de las actividades eficientes en cada país.” El país avanzó en la integración con Brasil como único punto fuerte de su comercio internacional como política de largo plazo.
  11. “Acceso al cambio de divisas. Los ciudadanos y las industrias tienen una motivación mayor para producir cuando pueden convertir su moneda nacional en otras monedas, y comprar por tanto productos extranjeros que cuando se topan con barreras de conversión.” Desde comprar en Ebay hasta importar insumos para una fábrica todo es complejo en nuestras latitudes.
  12. “Inversión educativa en capital humano. Si un país tiene un buen sistema educativo, la mayoría de los ciudadanos podrá obtener una formación que les permita acceder a buenos puestos de trabajo.” Pionera otrora la calidad educativa, nuestro país ha disminuido en la últimas décadas como menciona las evaluaciones internacionales PISA y la calidad del personal docente que en muchos casos busca esta profesión para escapar del desempleo más que como un llamado vocacional, tal que se los llama trabajadores de la educación en vez de Maestros.

 

El panorama no luce alentador para Argentina cuando analizamos este panorama de corto plazo, estas cuestiones no se discuten en la mayor parte de los países desarrollados mientras nuestros gobernantes parecen, a lo largo de las décadas, buscar la cuadratura del círculo.

 

Estas cuestiones son las que debemos contemplar a la hora de elegir a quienes nos gobiernen a futuro, tener este decálogo y revisar si hay un plan en este sentido, o al menos la intención de llevarlo a cabo.

 

La segunda, y última, mención a nuestro país es “…los países pueden desperdiciar sus ventajas, como lo ha hecho Argentina…”. Está en nuestras manos que no sea la última posibilidad de cambiar el rumbo y poner a nuestra patria en la senda del desarrollo sostenible en vez de insistir en modelos que han fracasado a lo largo de la historia de la Humanidad.

 

 

Leonardo Gabriel Forgia

Miembro de la Fundación ANDES